05 octubre 2008

El Cisne Negro

Los humanos vivimos con la ilusión del orden, creyendo que la planificación y la previsión son posibles. Tenemos la creencia de que el riesgo puede ser medido y administrado; que podemos conocer lo que va a ocurrir en el mundo, que se puede predecir el futuro.


No queremos aceptar que Dios juega a los dados con el universo, y nos empeñamos en creer que todo puede ser descrito por sus causas, que todo efecto tiene una causa que lo originó. Nos perturba tanto lo aleatorio, que nos inventamos métodos científicos para convencernos a nosotros mismos de que entendemos el mundo.


Y luego, cuando algo rompe con nuestras expectativas de un universo ordenado, elaboramos teorías para explicar lo que pasó, convencidos de que podemos predecir una crisis futura examinando crisis pasadas.

Ahora mismo estamos padeciendo una alteración del orden económico provocada por una crisis financiera disruptiva: la crisis Ninja. Y los analistas financieros –que se pronuncian sobre el futuro de los mercados– miran hacia atrás analizando los datos que nos han conducido a la actual crisis para que no vuelva a ocurrir otra crisis financiera similar que altere nuestro sistema.


Estos estrategas financieros sobrestiman el valor de las explicaciones racionales de los datos pasados y subestiman la importancia de la aleatoriedad inexplicable en los datos. No entienden que la aleatoriedad estructurada de los juegos de azar (teoría clásica de probabilidades) poco o nada tiene que ver con la aleatoriedad que tenemos en la vida real, que se rige por las emociones y por variables impredecibles.

Vistas las cosas, volveremos a tener otras crisis financieras, por mucho que ahora nos pongamos a analizar la crisis Ninja. No hay manera de evitar un próximo crack (lo que sí podemos es imaginarnos cómo nos afectaría, tener una idea clara de sus consecuencias, estar preparados, que no es poco).


No podemos predecir el futuro. La historia no está dominada por lo predecible sino por lo altamente improbable, por lo disruptivo, por sucesos no previstos. Es lo que el ensayista y gurú de las finanzas Nassim Nicholas Taleb denomina Cisnes Negros en su libro “El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable”.

Los cisnes negros existen, y fueron descubiertos hace 3 siglos en Australia. Pero antes del siglo XVIII nadie podía predecir su existencia. Así las cosas, lo que Taleb llama un Cisne Negro es un evento imprevisible y excepcional (no necesariamente negativo) que tiene un enorme impacto en un ámbito determinado.


Nassim Taleb fue broker en Wall Street durante dos décadas. Se dedicaba entonces a buscar dinero de eventos raros que le supusiesen ganancias muy grandes a cambio de perder un poco con bastante frecuencia (al igual que el inversor de capital riesgo, que es consciente que va a perder dinero en la mayor parte de compañías que invierte pero que espera descubrir una lo suficientemente buena para darle una enorme rentabilidad para el conjunto de su inversión).

Al parecer, Taleb no quedó muy contento de su paso por Wall Street, a pesar de que como broker ganó mucho dinero (él dice que por suerte). El suficiente dinero como para retirarse y ahora dedicarse a ser un investigador y pensador que lee, reflexiona y escribe sobre sucesos raros e imprevisibles de grandes consecuencias que siempre terminan apareciendo en los mercados aleatorios.

En sus ensayos, Taleb nos dice que los estrategas de Wall Street cometen el error de gestionar el riesgo estudiando lo ordinario, en lugar de lo extraordinario. Caen en la trampa de pasar por alto las anomalías con tal de uniformar un modelo mental o teoría. Excluyen los eventos raros, los cisnes negros que son los que precisamente dan lugar a la mayoría de los eventos ordinarios (no en vano, los grandes descubrimientos ocurren por casualidad, por accidente).


Taleb concluye que es imposible predecir los cisnes negros, que son esencialmente el resultado del azar. Tanto es así que afirma que el éxito en los negocios es por suerte, y no tanto por capacidades y habilidades.


Aquí os dejo esta interesante entrevista a Nassim Taleb




Y aquí tenéis lo que el programa Redes de Punset dice sobre Taleb y su cisne negro

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Alguien lo dijo hace poco: "Un economista es ese individuo que saber explicar a la perfección...por qué todo ha salido mal". Saludos, Tonens

Alberto dijo...

Muy cierta esa frase. Y es que a toro pasado todo quisque se atreve a ejercer de economista. No hay más que escuchar estos días las inmumerables opiniones que sobre la crisis financiera se vierten por tv y por la blogosfera.

Un abrazo tonens

 
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