Una firma para funcionar necesita un nombre, un logo y una estrategia. Pero para triunfar, la clave está en ser capaz de transmitir emoción.
En efecto, el secreto está en conseguir envolver al consumidor en una atmósfera de pertenencia e identidad a una marca.
Crear marca es, por encima de todo, una cuestión de empatía. En realidad, la marca de éxito no vende el producto, sino la experiencia; esto es, vende significados emocionales que el consumidor vive. La marca es un portador de significados.
Y para algunos fansumers la marca es una religión más allá de la razón, hasta el punto de tatuarse en sus carnes el logo de su lovemark preferida...
En efecto, el secreto está en conseguir envolver al consumidor en una atmósfera de pertenencia e identidad a una marca.
Crear marca es, por encima de todo, una cuestión de empatía. En realidad, la marca de éxito no vende el producto, sino la experiencia; esto es, vende significados emocionales que el consumidor vive. La marca es un portador de significados.
Y para algunos fansumers la marca es una religión más allá de la razón, hasta el punto de tatuarse en sus carnes el logo de su lovemark preferida...
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