La otra noche, cenando con mis amigos, tanto nos llamó la atención el buen trato del camarero de nuestra mesa, tan inusual fue su buen servicio, que empezamos a conversar acerca del hecho de que el servicio en bares y restaurantes suele ser bastante flojo, y que por regla general tienes que esperar más tiempo del deseado para que al final te atienda el camarero de turno.
Mi buen amigo Nacho comentó entonces que hay un restaurante en Londres que prescinde del camarero a la hora de pedir las comidas, gracias a que dispone de mesas interactivas que permiten pedir el menú. Así, mediante clics sobre la mesa táctil, puedes seleccionar los platos que quieres degustar y hacer tu pedido directamente a cocina vía Bluetooth.
Comentamos en la cena que estas mesas táctiles pueden ser un tanto frías e impersonales, pues eliminan el trato social con el camarero. Un amigo señaló entonces que este servicio interactivo no tiene porque evitar el contacto humano con el personal del restaurante, pues siempre estará el camarero de carne y hueso para traerte la comida a la mesa. Y entonces otro amigó replicó: "De acuerdo contigo en que esto en principio sólo despersonaliza el acto de pedir la comida, pero ¿Qué pasa si quiero tener en cuenta el consejo del camarero a la hora de elegir mi plato? ¿Y cómo hago para, por ejemplo, puntualizar que quiero la carne poco echa o la ensalada sin cebolla?". Estas preguntas quedaron en el aire y al momento cambiamos de tema...
Hoy recordé esta conversación. Así que me puse a investigar por la red y descubrí que el restaurante en cuestión se llama Inamo, que está en el Soho londinense y que es de comida asiática (por cierto, con una pinta excelente) aunque también sirve bebidas exóticas.
Igualmente descubrí cómo este restaurante-bar solventa las dudas que nos habían quedado en el tintero durante nuestra cena. Fácil y sencillo: cada mesa táctil dispone de un icono visible para que puedas solicitar la presencia del camarero siempre que lo desees.
De utilidad es también que sobre la mesa puedes ver de antemano el aspecto de cada plato a elegir. Además, si tienes curiosidad, la mesa te permite –gracias a una webcam– espiar los fogones y ver como los cocineros elaboran tus platos mientras esperas por ellos.
También resulta muy útil el hecho de que puedes consultar la comanda y controlar en todo momento cuanto vas a gastar en tu comida.
Por otro lado, si lo deseas, puedes cambiar el look del mantel de tu mesa, optando por diversas formas y colores. Incluso te permite entretenerte con diversos juegos interactivos, como por ejemplo jugar al clásico "hundir la flota".
Finalmente, la mesa te permite pedir un taxi para cuando se acerque la hora de marcharte.
Y a la hora de pagar, sólo tienes que pulsar sobre la mesa para que te traigan la cuenta.
Con todo, tampoco estaría mal que este tipo de mesa interactiva te permitiese pagar por PayPal, al estilo de este vídeo…
Mi buen amigo Nacho comentó entonces que hay un restaurante en Londres que prescinde del camarero a la hora de pedir las comidas, gracias a que dispone de mesas interactivas que permiten pedir el menú. Así, mediante clics sobre la mesa táctil, puedes seleccionar los platos que quieres degustar y hacer tu pedido directamente a cocina vía Bluetooth.
Comentamos en la cena que estas mesas táctiles pueden ser un tanto frías e impersonales, pues eliminan el trato social con el camarero. Un amigo señaló entonces que este servicio interactivo no tiene porque evitar el contacto humano con el personal del restaurante, pues siempre estará el camarero de carne y hueso para traerte la comida a la mesa. Y entonces otro amigó replicó: "De acuerdo contigo en que esto en principio sólo despersonaliza el acto de pedir la comida, pero ¿Qué pasa si quiero tener en cuenta el consejo del camarero a la hora de elegir mi plato? ¿Y cómo hago para, por ejemplo, puntualizar que quiero la carne poco echa o la ensalada sin cebolla?". Estas preguntas quedaron en el aire y al momento cambiamos de tema...
Hoy recordé esta conversación. Así que me puse a investigar por la red y descubrí que el restaurante en cuestión se llama Inamo, que está en el Soho londinense y que es de comida asiática (por cierto, con una pinta excelente) aunque también sirve bebidas exóticas.
Igualmente descubrí cómo este restaurante-bar solventa las dudas que nos habían quedado en el tintero durante nuestra cena. Fácil y sencillo: cada mesa táctil dispone de un icono visible para que puedas solicitar la presencia del camarero siempre que lo desees.
De utilidad es también que sobre la mesa puedes ver de antemano el aspecto de cada plato a elegir. Además, si tienes curiosidad, la mesa te permite –gracias a una webcam– espiar los fogones y ver como los cocineros elaboran tus platos mientras esperas por ellos.
También resulta muy útil el hecho de que puedes consultar la comanda y controlar en todo momento cuanto vas a gastar en tu comida.
Por otro lado, si lo deseas, puedes cambiar el look del mantel de tu mesa, optando por diversas formas y colores. Incluso te permite entretenerte con diversos juegos interactivos, como por ejemplo jugar al clásico "hundir la flota".
Finalmente, la mesa te permite pedir un taxi para cuando se acerque la hora de marcharte.
Y a la hora de pagar, sólo tienes que pulsar sobre la mesa para que te traigan la cuenta.
Con todo, tampoco estaría mal que este tipo de mesa interactiva te permitiese pagar por PayPal, al estilo de este vídeo…
2 comentarios :
Inamo, si señor. Deberíamos pensar en un sistema parecido para fomentar la interactividad entre los miembros de la Peña. Un abrazo. Nacho
Jajaja, Nacho; en efecto, a la Peña no nos vendría mal mejorar nuestra interactividad digital/telefónica a la hora de quedar, vista la falta de coordinación para fijar nuestras ultimas xuntanzas. Menos mal que la interactividad personal funciona en la Peña a las mil maravillas... Un abrazo
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