¿Es posible un mundo mejor con sensacionalismo?

Hay a quien lo que le interesa es que hablen de él a cualquier precio, aunque hablen mal.

Con esta premisa parecen diseñarse algunas campañas publicitarias sensacionalistas pensadas para provocar el escándalo y la controversia.

Como esta efectista campaña encargada por WWF (organización dedicada a la conservación de la naturaleza) a la agencia DDB Brasil, cuyo eslogan proclama: "El tsunami mató 100 veces más personas que los atentados del 11S".

Si bien este impactante anuncio pretende concienciar sobre el medioambiente, lo cierto es que ha ofendido mucho, provocando una oleada de protestas, principalmente en los Estados Unidos.

El escándalo ha llevado a WWF a aclarar que nunca aprobó este anuncio, y a DDB a disculparse atribuyendo el daño a un equipo de jóvenes creativos que ya no trabajan para la agencia.

Otra campaña publicitaria muy controvertida ahora mismo es la de la organización humanitaria alemana Regenbogen, que pretende advertir sobre el peligro del contagio de sida, empleando para ello llamativas imágenes de Hitler, Stalin y Sadam Hussein bajo el eslogan: "El sida es un asesino de masas".

Huelga decir que resulta ofensivo equiparar personas infectadas por el virus del sida con asesinos en masa.

¿Sensacionalismo? ¿Demagogia? Que más da, pensarán algunos; lo que importa es que la campaña consigue su objetivo: que hablen de su mensaje... aunque hablen mal.