Las personas poderosas procesan la información de forma más abstracta y flexible, se ven menos influidas por las costumbres sociales, se arriesgan más, actúan con mayor celeridad frente a los retos, se comportan de forma más coherente con sus objetivos y focalizan mejor. Tener poder libera de la influencia de los demás y proporciona sensación de protección y seguridad. Puesto que ser poderoso hace sentir tan bien, la gente poderosa piensa y actúa de forma que pueda mantener y aumentar su poder.
La mentalidad de aquellos que tienen poder potencia la flexibilidad cognitiva, la ruptura y el pensamiento abstracto. Por tanto, los individuos con poder son propensos a ser más creativos que sus congéneres menos poderosos, que tienen pocos incentivos para ser creativos.
Los individuos sin poder tienden a pensar y actuar para protegerse de las posibles amenazas. Las personas sin poder evitan situaciones de riesgo, se centran en las pérdidas potenciales y tienden a tener el foco de atención limitado.
De Psychology Today por Scott Barry Kaufman
Fuente: Thinking aloud (you are what you share)
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