Tener una buena idea de negocio es relativamente fácil, lo difícil es hacer que suceda y convertirla en rentable.
Por ello la frase más utilizada en el mundo de la emprendeduría es la mítica de Thomas Alva Edison que dice "El genio es 1% inspiración y 99% transpiración". En otras palabras, el éxito empresarial depende mucho más del trabajo que le pongamos que de tener la “inspiración genial”.
Partiendo de esta premisa de que lo importante es la ejecución de la idea, traduzco aquí un ingenioso texto que aparece en el libro Getting Real y que lleva por título Be An Executioner (Se Un Ejecutor):
Las ideas no valen nada si no se ejecutan. No son más que un multiplicador. Su ejecución es lo que vale millones.
Explicación:
Explicación:
Pésima idea: -1
Idea débil: 1
Idea más o menos: 5
Buena idea: 10
Gran idea: 15
Idea brillante: 20
Sin ejecución: 1$
Ejecución débil: 1.000$
Ejecución más o menos: 10.000$
Buena ejecución: 100.000$
Gran ejecución: 1.000.000$
Ejecución brillante: 10.000.000$
Para hacer negocio necesitas multiplicar las dos.
La idea más brillante sin ejecución tiene un valor de 20 dólares. La idea más brillante con una gran ejecución tiene un valor de 20.000.000 dólares.
Queda claro pues que una idea, por muy buena que sea, vale poco por sí misma; lo que realmente vale es lo que haces con esa idea.
La buena noticia de todo esto es que cualquiera puede triunfar en los negocios. No necesitas tener un talento natural o una inteligencia extraordinaria. Basta con tener una idea decente y saber ejecutarla. El éxito está basado en lo bien que ejecutes tu idea.
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cualquiera
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