El diseño de las oficinas y su organización siempre han sido fundamentales para la productividad.
La disposición tradicional con hileras de cubículos uniformizados está muy desfasada. Ahora lo que se lleva es la oficina abierta tipo loft, con espacios comunes proclives a encuentros informales y despreocupados, pensada para favorecer el trabajo colaborativo y la creatividad. Oficinas con aspecto de café de Amsterdam: con colores intensos, lounge, zonas de juego y hasta DJs con música a todo trapo.
Esto de la oficina abierta mola mazo (la trampa que tienen las empresas para que sus empleados pasen más tiempo en la oficina, que diría un "malpensao"), pero tiene un problema importante: la falta de privacidad que brinda trabajar en un lugar orientado al tráfico de personas, con empleados interactuando constantemente, con distracciones e interrupciones indeseadas,... Todo eso hace muy difícil, por no decir imposible, que el empleado pueda aislarse y concentrarse cuando el trabajo lo requiere.
El estudio de diseño PearsonLloyd resuelve este problema con Me Places, unos módulos de trabajo individuales especialmente diseñados para cuando toca trabajo focalizado y concentración intensa. Un Me Place es como una mini-oficina independiente dentro de la oficina abierta, un pequeño "refugio personal" que permite aprovechar las ventajas de la intimidad, sin sacrificar la proximidad de la oficina abierta. Un cubículo adaptado al modo de trabajo actual, idóneo para profesionales móviles acostumbrados a tener la oficina en su laptop.
Llega el cubículo 2.0, nada que ver con el tan demonizado cubículo tradicional, símbolo de alienación y rutina, vestigio del management del ordeno-y-mando.
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