Crear una página corporativa en Facebook es especialmente útil para promover una marca, un negocio o un producto concreto.
No obstante, la compañía debe tener muy claro que en Internet los mercados son conversaciones; es decir, que en la red no estás en tu Rancho particular y que no puedes controlar el mensaje corporativo, tal y como has hecho hasta ahora a través de los medios de comunicación convencionales como la tv, radio y prensa.
Por eso para muchas compañías puede resultar contraproducente el crear una página corporativa en Facebook, especialmente si las actividades que desarrolla la compañía en cuestión no son todo lo éticas y socialmente responsables que cabría esperar.
Esto es precisamente lo que acaba de sucederle a Nestlé. Resulta que Nestlé elabora los chocolates de su producto Kit Kat con aceite de palma procedente de la destrucción de los bosques de Indonesia, hábitat de una especie amenazada: el Orangután.
Y claro, con semejante "reputación" e imagen corporativa, crear una Fan Page en Facebook es una invitación para que ciertos usuarios utilicen esta plataforma para criticar que Nestlé favorece la tala del bosque nativo de Indonesia y la extinción del Orangután. En estos momentos cientos de "fans" están denunciando y atacando a Nestlé en su propia casa.
Es evidente que a Nestlé le está saliendo el tiro por la culata con su página corporativa en Facebook. Y de poco o nada le valdrá ahora cerrarla o censurar las críticas más duras. Porque lo cierto es que hoy, con Internet (tengas o no tengas Fan Page), el usuario es por sí mismo un medio de comunicación activo, que informa y recomienda sobre lo que le gusta, y más aún lo que no le gusta. Como muy bien dijo el gurú de empresa C.K. Prahalad, y que tantas veces he recordado en este blog: "Ahora es el cliente el que tiene el poder sobre la compañía, y no al revés como ocurría hace años".
Que se vayan enterando las grandes empresas que los consumidores han tomado las armas, y que ahora ninguna marca puede ocultarse tras su envoltorio.
Hoy las empresas están forzadas a ser verdaderamente honestas y transparentes, por lo que deben prestar especial importancia a su reputación corporativa.
La clave está en lo que dice Adam Werbach en su obra Estrategias Sostenibles: "Los líderes deben dejar de lado la persecución continuada de ganancias al corto plazo y dejar paso a estrategias sostenibles a largo plazo. Y crecer de forma sostenible es mucho más que la “opción verde”: debe tener en cuenta todas las dimensiones del entorno en el que funcione su negocio –social, económico y cultural– sin quedarse limitada al entorno natural".
No obstante, la compañía debe tener muy claro que en Internet los mercados son conversaciones; es decir, que en la red no estás en tu Rancho particular y que no puedes controlar el mensaje corporativo, tal y como has hecho hasta ahora a través de los medios de comunicación convencionales como la tv, radio y prensa.
Por eso para muchas compañías puede resultar contraproducente el crear una página corporativa en Facebook, especialmente si las actividades que desarrolla la compañía en cuestión no son todo lo éticas y socialmente responsables que cabría esperar.
Esto es precisamente lo que acaba de sucederle a Nestlé. Resulta que Nestlé elabora los chocolates de su producto Kit Kat con aceite de palma procedente de la destrucción de los bosques de Indonesia, hábitat de una especie amenazada: el Orangután.
Y claro, con semejante "reputación" e imagen corporativa, crear una Fan Page en Facebook es una invitación para que ciertos usuarios utilicen esta plataforma para criticar que Nestlé favorece la tala del bosque nativo de Indonesia y la extinción del Orangután. En estos momentos cientos de "fans" están denunciando y atacando a Nestlé en su propia casa.
Es evidente que a Nestlé le está saliendo el tiro por la culata con su página corporativa en Facebook. Y de poco o nada le valdrá ahora cerrarla o censurar las críticas más duras. Porque lo cierto es que hoy, con Internet (tengas o no tengas Fan Page), el usuario es por sí mismo un medio de comunicación activo, que informa y recomienda sobre lo que le gusta, y más aún lo que no le gusta. Como muy bien dijo el gurú de empresa C.K. Prahalad, y que tantas veces he recordado en este blog: "Ahora es el cliente el que tiene el poder sobre la compañía, y no al revés como ocurría hace años".
Que se vayan enterando las grandes empresas que los consumidores han tomado las armas, y que ahora ninguna marca puede ocultarse tras su envoltorio.
Hoy las empresas están forzadas a ser verdaderamente honestas y transparentes, por lo que deben prestar especial importancia a su reputación corporativa.
La clave está en lo que dice Adam Werbach en su obra Estrategias Sostenibles: "Los líderes deben dejar de lado la persecución continuada de ganancias al corto plazo y dejar paso a estrategias sostenibles a largo plazo. Y crecer de forma sostenible es mucho más que la “opción verde”: debe tener en cuenta todas las dimensiones del entorno en el que funcione su negocio –social, económico y cultural– sin quedarse limitada al entorno natural".
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