El desarrollo sostenible no es tanto una cuestión ecológica como una cuestión de pura eficiencia económica, de un mejor aprovechamiento de los recursos. Se trata de crear un sistema productivo verde a la par que eficiente, que no contamine ni desperdicie recursos.
Una sostenibilidad que no conseguiremos sermoneando a la gente. A las personas hay que darles soluciones verdes de una forma que no les exija renunciar a otra ventaja.
Ciertamente, la vía hacia la sostenibilidad se conseguirá con creatividad empresarial, seduciendo con ideas originales en torno a servicios que sean útiles y convenientes para los consumidores.
Y en este sentido, aquí tenemos dos ingeniosos ejemplos de negocios sostenibles, ambos basados en el mismo concepto de aprovechar la energía generada por el propio cliente:
- The Green Revolution: gimnasio que permite a sus socios ponerse en forma al tiempo que generan energía eléctrica pedaleando sobre las bicicletas estáticas.
- Sustainable Dance Club: discoteca que genera energía a partir de la diversión de sus clientes mientras bailan.
The Green Revolution
Sustainable Dance Club
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