Kyosei es un concepto japonés que grosso modo significa “vivir y trabajar juntos por el bien común”.
De acuerdo con el management japonés, es trabajo de todos conseguir la calidad total, con cero defectos y 100% de satisfacción para el cliente. Todo el mundo en la organización, desde el jefe hasta el último empleado, debe participar y dar ejemplo. Los directores tienen que bajar a las trincheras y ensuciarse las manos en la planta de producción, tienen que identificarse con los subordinados, responsabilizarse de su bienestar y, ante todo, asumir su propia responsabilidad, como todo empleado.
Esto es lo que hizo Haruka Nishimatsu, ex-CEO de Japan Airlines (la aerolínea más puntual del mundo). Comprometido con la supervivencia económica de la compañía durante la recesión, Nishimatsu se rebajó su sueldo por debajo de la de sus pilotos y eliminó todas sus prerrogativas, acudiendo al trabajo en transporte público y comiendo a diario en la cafetería junto a sus empleados.
No obstante, Nishimatsu no pudo evitar que finalmente la compañía se declarase en bancarrota.
Nishimatsu asumió su responsabilidad. Se declaró en público el máximo responsable de la quiebra de Japan Airlines y pidió perdón a todo Japón, con reverencias incluidas.
Nishimatsu asumió su responsabilidad. Se declaró en público el máximo responsable de la quiebra de Japan Airlines y pidió perdón a todo Japón, con reverencias incluidas.
Deberíamos aprender de la filosofía japonesa del kyosei. Dar ejemplo y asumir responsabilidades es lo que habría que estar exigiendo aquí en España a todos los políticos, banqueros y dirigentes que están llevando este país a la ruina.
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