07 octubre 2009

Colonia de hormigas como modelo de gestión de empresas

Siempre había creido que las hormigas eran trabajadoras sacrificadas, sumisas y obedientes, a las órdenes de guardias y generales, y en última instancia bajo el yugo de la reina. Estaba convencido que la colonia de hormigas -con sus pasos subterráneos, sus almacenes, sus cámaras,...- era el paradigma perfecto de organización social jerárquica y piramidal. Lo más parecido a un sistema totalitario. ¡Qué equivocado estaba!

Esto es lo malo de aprender "ciencia" con las películas de Disney porque, aunque es verdad que en una colonia de hormigas hay grupos especializados -obreras, soldados, reinas-, lo cierto es que las hormigas trabajan sin nadie que les mande: no tienen jefes, ni capataces, ni jefatura que les controle y coordine sus actividades. En un hormiguero no manda nadie (la hormiga reina no manda, pone huevos); o al menos no manda nadie más que la propia auto-organización de la colonia en sí, entendida ésta como una entidad única, como un superorganismo.

Resulta que ahora caigo en la cuenta que la hormiga no necesita que la obliguen por la fuerza a trabajar; que es capaz de valerse por sí misma, y que no tiene necesidad alguna de gobernantes que la guíen, ni generales que la ordenen, ni guardias que la controlen y supervisen.

Ahora soy consciente que la "inteligencia colectiva" de una colonia de hormigas no parte de arriba a abajo desde una autoridad central, sino que emerge desde el nivel individual, desde las interacciones horizontales entre hormigas. En la colonia de hormigas las decisiones son horizontales (y no verticales), parten de abajo arriba, van de local (la hormiga) a global (el hormiguero).

¿No es fascinante que cientos de miles de hormigas puedan trabajar juntas, como grupo auto-organizado, sin nadie que las dirija, sin necesidad de jefes ni nada que se le parezca? ¿No es increíble que la compleja organización social de una colonia de hormigas funcione desde la propia auto-gestión de cada hormiga?

Pues no es tan increíble si uno se para a pensar un poco. Por ejemplo, no quisiera imaginar una colonia de hormigas en la que la exploradora tuviese que esperar a que le llegue la autorización de la reina, del general y del subsecretario, para por fin poder avisar a las demás que encontró un picnic. Afortunadamente, la hormiga no tiene que esperar órdenes, sino que toma la decisión por sí misma, sin necesidad de la autorización sellada con los timbres correspondientes, los formularios oficiales debidamente cumplimentados y las firmas de los diferentes supervisores. Esta liberación burrocrática permite a la hormiga tomar decisiones con celeridad ante los problemas impredecibles que se le van presentando por el camino.

Precisamente, que las sociedades de hormigas sean tan adaptativas y eficientes (representan el 15-20% del total de biomasa animal terrestre) se debe a su particular sistema auto-organizante, que deja que sean sus elementos quienes por medio de sus interacciones busquen soluciones rápidas a problemas cambiantes.

Esta forma auto-organizativa que tienen las hormigas de trabajar en equipo es completamente distinta de nuestro concepto organizativo humano, que se basa en la creencia de que para funcionar en sociedad es indispensable y necesario el orden, el control jerárquico y la burocracia. En efecto, hoy los trabajadores seguimos sujetos a un modelo de gestión laboral basado en el control por parte de la empresa para la que trabajamos.

¿Podríamos concebir un modelo de organización social aplicable a los seres humanos que, al igual que la colonia de hormigas, no requiera control jerárquico para su sostenimiento y que, en su lugar, se alimente de la auto-organización, las decisiones individuales y la comunicación horizontal de la información? ¿Sería descabellado aprender de las hormigas que sin jefe hacen su trabajo y cooperan entre sí por el bien común?

Quizá más de uno piense que es un disparate tratar de emular el comportamiento social de las hormigas, pero lo cierto es que los humanos ya venimos haciendo algo muy parecido (no en vano hay estudios científicos que sostienen que nuestras neuronas se comportan como las hormigas). Y es que ya hemos creado una "inteligencia colectiva" sin jerarquías y auto-organizada individualmente: Internet. La arquitectura social de Internet es abierta, plana, flexible y no jerárquica. En Internet no hay control de jefes, ni burocracia. En este contexto, Internet se parece mucho a una colonia de hormigas.

Huelga decir que Internet es una organización social sumamente eficaz, pero ¿puede servirnos como modelo de gestión para empresas? Pues claro que si. En realidad ya hay empresas exitosas -como por ejemplo Google, Best Buy, Semco o Zappos- que emplean la arquitectura social propia de Internet -abierta, plana, flexible y no jerárquica- como modelo para su arquitectura de management. Empresas que llevan pocos años adoptando esta nueva metodología de "democracia corporativa" en la que los directivos han aceptado que deben deshacerse del control para permitir que sus empleados piensen por ellos mismos, tomen decisiones y, de esta manera, se comprometan con su trabajo.

Y no me cabe la menor duda que esta va a ser la tendencia para nuestro siglo XXI. De hecho cada vez más organizaciones se están haciendo planas, con intranets corporativas que van democratizando el acceso a la información. Y cada vez más empresas eliminan jerarquías y empiezan a dar libertad a sus empleados fomentando la autogestión, sabedoras de que en un entorno cambiante, de alta movilidad tecnológica, el valor de una compañía dependerá cada vez más de su inteligencia colectiva, de la creatividad y rapidez de sus empleados a la hora de solucionar los problemas que van surgiendo.

En el siglo XXI perderán las organizaciones que sigan ancladas en el paradigma de la burocracia y el control jerárquico, y triunfarán aquellas que adopten un modelo auto-organizativo propio de las colonias de hormigas y de Internet.

Los conceptos tradicionales del management son grandiosos si quieres obediencia. Pero si quieres eficiencia y creatividad colectiva, entonces la autogestión, la confianza, el compromiso y la responsabilidad del empleado funciona mucho mejor.

Trabajar en Google


Actualización 14.10.09: Resulta que el programa Redes de Punset emitió este domingo pasado día 11 este reportaje que trata sobre la "inteligencia colectiva" de las hormigas. Y no me he podido resistir a incluirlo en este post. Que "coincidencia" más maravillosa...



8 comentarios :

manuela dijo...

Muy buena argumentación, pero hay un par de cuestiones que no me encajan. En primer lugar, no soy una experta en hormigas, pero por lo que he leído, dentro de un colectivo existen diferentes tipos de hormigas (distinto tamaño, distintas capacitaciones) en función del tipo de tarea que tengan que desempeñar (gerreras, trabajadoras, criadoras...) Esto me lleva a pensar que existe un condicionante genético que, de entrada, ya marca el destino de una hormiga desde que nace, con lo que la libertad y la creatividad quedan bastante limitadas.
En segundo lugar, en tu modelo (yo diría que utópico) de gestión de una empresa parecen quedar relegados aspectos de la condición humana como la competitividad, el individualismo o la misma brillantez intelectual,que quedaría anulada por ese objetivo final que es el bien colectivo.

p.d. gracias por abrir nuestras mentes

Alberto dijo...

Puede haber diferentes tipos de hormigas dentro de una colonia (como por ejemplo las hormigas soldado y las obreras), pero eso no signifca que un tipo de hormigas mande sobre el otro. En la colonia no manda nadie. Y las hormigas, sean del grupo que sean, no son "víctimas" pasivas de su herencia genética; ningún ser vivo lo es (los genes predisponen, pero no predeterminan). El aprendizaje, el interés, la voluntad,... son propiedades ontológicas universales presentes en todo ser vivo. Es el abc de la evolución de la vida. El determinismo genético es una falacia; no lo es la predisposición genética.

Por otro lado, justamente lo que sucede con el modelo de autogestión que propongo es que se potencia y valora mucho más la brillantez creativa del empleado que con el modelo tradicional de trabajo. Dime Manuela: ¿En que situación crees que dará lo mejor de sí una persona?: ¿En un entorno de trabajo autoritario y jerárquico, basado en la imposición, el control y la obediencia resignada? ¿O más bien en un entorno de trabajo libre y sin jerarquías, basado en la confianza y el compromiso de buen grado?
Apenas se lleva un lustro aplicando esta nueva metodología de la autogestión en empresas punteras, principalmente en los Estados Unidos, ¿y sabes lo que estas empresas han descubierto? Pues que están produciendo mucho más trabajando en este nuevo entorno de autogestión que en un entorno de trabajo tradicional. Y si incrementan la productividad, si son más eficientes, es porque se incrementa el compromiso del trabajador, porque se incrementa la satisfacción del trabajador. En estas empresas exitosas donde apenas hay organigramas y jefes, son los propios empleados los responsables de los resultados de su departamento, hasta el punto que tienen poder de decisión sobre las variables decisivas que influyen en los resultados. Esto potencia la competitividad bien entendida (basada en la cooperación; es decir, la coopetición). Más aún, los empleados de estas empresas son valorados por sus compañeros de trabajo, y esas valoraciones determinarán sus bonificaciones.

De acuerdo con tu conclusión final parece que identificas la metáfora del hormiguero con el comunismo. Y no es así. El socialismo o el comunismo han cometido el error de convertirse en el socialismo de Estado, el comunismo autoritario. Por contra, el hormiguero e Internet tienen, en cambio, connotaciones más libertarias o anarquistas, pues aquí el poder es popular, el de la organización horizontal, el de la autogestión responsable sin relaciones de poder ni de dominación entre individuos, sin gobernates ni gobernados, sin explotadores ni explotados. Lo que a la sociedad actual le agobia del trabajo no es el trabajo en sí mismo, ni siquiera es trabajar más tiempo, sino que es el hecho de no tener el control de tu trabajo, el hecho de ser "esclavo" de un jefe que nos controla, supervisa y ordena durante 1/3 de nuestras vidas (8 horas al día)

manuela dijo...

La contundencia de tu tesis me abruma. Es posible que ese sea un modelo válido para el futuro y para trabajos muy concretos. Pero mientras siga habiendo oposiciones para entrar en la administración, mientras las entrevistas de trabajo para líderes de gestión valoren más la ambición y la capacidad de "trepador" del empleado y mientras las grandes empresas de producción industrial sigan filtrando a los nuevos empleados con test de personalidad que valoran positivamente su carácter borreguil y sumiso y dejan fuera a los que dejan entrever cierta iniciativa propia, ese modelo de gestión de empresas que tú visualizas no será factible. Haría falta una nueva cultura del trabajo muy diferente a la actual, en la que todo el mundo está desando prejubilarse, o que le digan lo que tiene que hacer y cuántas horas tiene que ir a la oficina para eximirse de responsabilidades y trabajar extrictamente por lo que le pagan.

Alberto dijo...

Estimadisísima Manuela: Este es un modelo válido para EL PRESENTE. Fíjate sino en Google, empresa pionera en adoptar este modelo de gestión participativo, y que en tan sólo 11 años de existencia se ha convertido en la marca más poderosa del mundo (http://thecoolruler.blogspot.com/2009/08/las-marcas-mas-poderosas-del-mundo-en.html).

Te recuerdo una frase final de mi post: "En el siglo XXI perderán las organizaciones que sigan ancladas en el paradigma de la burocracia y el control jerárquico, y triunfarán aquellas que adopten un modelo auto-organizativo propio de las colonias de hormigas y de Internet".

Vaticino que poco presente y ningún futuro tendrán aquellas empresas que sigan aplicando esos "principios" borreguiles y trepadores que mencionas.

Anónimo dijo...

No es que sea un experto en este tema pero a mi parecer siempre ha existido este tipo gestión. Lo que ocurre es que es una gestión que se da al final de la cadena de mando, en la cooperación entre obreros. Pero lo cierto es que al final toda empresa se rige por los objetivos marcados por un directivo. Incluido Google.

Txus dijo...

Que bonito artículo, que bien redactado y explicado. Es posible que tengamos mucho que aprender de las hormigas, no lo se, es posible, pero hay un aspecto que se han olvidado. La diferencia entre un ser humano y la hormiga. La diferencia es la razón. La capacidad que tiene el ser humano de razonar y por tanto de elegir. Eso es la libertad individual de la persona, y por tanto el ejemplo se cae por si mismo. Si soy explorador y encuentro en picnic, me pongo morado a comer y me llevo toda la comida para mi casa, luego la vendo y me compro un 4x4 con el que explorar mejor y etc.... No somos robots genéticos que solo vivimos para trabajar o para hacer aquello para lo que nos han programado. El ejemplo no lo veo nada válido. Va totalmente en contra con la esencia del ser humano. Nos lavan a todos el cerebro y así nos ahorramos los jefes, los policías, los jueces, las leyes....En cuanto al caso de Google, me parece muy bien, muy bonito y atractivo, pero si trabajara allí seguramente preferiría disponer de 3 restaurantes menos y ganar más dinero, o bien de menos bicicletas y autobuses y disponer de una plaza de parking para mi BMW. Esto no es nuevo, tiene más años que maricastaña, cuando estudiábamos que los japones disponían de dormitorios en la propia empresa por si deseaban quedarse a dormir. Al final no son más que diferentes técnicas para sacar más horas de trabajo al empleado y no darle más opciones en la vida que su empresa.
Para más tontería, dicen que tratan de incentivar la creatividad, con murales, grafitis y demás historias. La creatividad surge en cabezas descansadas y dedicadas a pensar, es decir, cuando estas sin presión laboral y te dedicas a pensar tranquila y de manera profunda en como solucionar un problema. O que piensa esta gente, que Miguel Ángel diseño la capilla Sixtina mientras tallaba el David.
Totalmente en desacuerdo con todo el tema este. Es un engañabobos para jóvenes sin experiencia. Me parece muy bonito pero una autentica chorrada, con perdón. Y me gustaría saber, pero al final igual no tienen paro si se quedan sin trabajo o no tienen seguro médico, o ... Vamos que en Google atan los perros con longanizas. A quien vais a engañar.

Anónimo dijo...

Este último comentario tiene base en años y años de educación obrera (tan poco que ver con las colonias de hormigas de las que hablamos, sino más bien en esa jerarquía y control que tanto gustan a las mentes simples).
Es cuestión de evolución, veremos en dónde acaba. Parece que internet evoluciona hacia ese mundo de libertad absoluta y de posibilidad de desarrollo personal hasta ahora inimaginado, pero quién sabe si eso es aplicable al mundo real, al fin y al cabo, estamos hablando de un mundo virtual.

Celia dijo...

Pues yo si creo que otra empresa es posible. De hecho creo que de estas colonias de hormigas todos podríamos obtener un buen catálogo de buenas prácticas que llevar a cabo en nuestras empresas. Lo que está claro es que el modelo actual no funciona, las organizaciones están viciadas con comportamientos nada operativos y los trabajadores quemadísimos. Soy de la opinión de que cambiando un eslabón de la cadena cambias la cadena entera...si empiezan a surgir empresas con nuevos modelos de funcionamiento que están obteniendo resultados quizá logren cambiar la forma de pensar de otras muchas. En mi opinión sería un acierto, y en cualquier caso, como se suele decir: quien no lo intenta no lo consigue.

 
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